Viajar con un poeta
Si viajas con un poeta, procura cachearle por dentro antes de iniciar el camino y mirar el doble fondo de su maleta. Que no guarde de manera subrepticia ningún verso debajo de la lengua. Sería aconsejable no dejar nunca a mano un lapicero, una barra de labios o una gota de sangre. Y es obvio que debe estar prohibido el blanco de las sábanas de hotel o los manteles vírgenes de trazos en restaurantes tranquilos. Es conveniente revisarle la yema de los dedos y el revés de los brazos y no dejar a mano un espejo o la arena de una playa vacía.
Cuando se viaja con un poeta, ninguna de todas estas precauciones podrá asegurarnos que no se nos desborden las palabras o no se nos escurran los silencios, ni que, en definitiva, recorramos un solo paso sin un verso pegado a las costillas.
Cuando se viaja con un poeta, ninguna de todas estas precauciones podrá asegurarnos que no se nos desborden las palabras o no se nos escurran los silencios, ni que, en definitiva, recorramos un solo paso sin un verso pegado a las costillas.
7 comentarios:
guapa
PRECIOSO
"Cuando se viaja con un poeta, ninguna de todas estas precauciones podrá asegurarnos que no se nos desborden las palabras o no se nos escurran los silencios ..."
:)
tengo ganitas de verte..
pero precioso.
mua!
Joé, si te llamamos la queen es por algo, y yastá!
Qué lindísimo!!!!!
Como tú!!!!
Mua!
ya te lo dije en su día,
pero me apetece repetírtelo.
es genial y me encanta.
precioso-precioso.
Me ha encantado. Gracias,
Silberia.
Y si va al lado del ala del avión es aconsejable hablar de cualquier tema menos del suicidio de los dinosaurios.
Saludos.
SL
Publicar un comentario