El espacio que queda por cubrir, debería estar lleno de pequeños trocitos de alegrías, pequeños como para poder recogerlos uno a uno e intensos como para dejarnos sus colores en las palmas de las manos.
Cada mañana de tristeza debería estar compensada con una noche de pasión, de esas con posibilidad de continuación al desayuno.
Cada lágrima de dolor debería ahogarse siempre en un mar de saliva de placer.
Para un “no te soporto” quizá, un “quédate conmigo”.
Y si es posible, para cada recuerdo que escueza, un soplido de aliento y un “curasana culito de rana”.
Si es con el peso del alma con el que no podemos, tal vez ¿si me ayudas con un asa?.
Y si por mucho que corras no llegas a ningún sitio, planta macetas a tu alrededor y crea tu hogar aquí mismo.
viernes, 11 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Oh, qué, pero qué bonito. Y no sólo bello, sino verdadero (que eso vale todavía más)
Pequeños trocitos de felicidad... siempre he peado que son los mejores, de las grandes alegrías, al final, ni te enteras.
...queen el curasana de 650mg.cada 8horas
alivia un moton,
siempre y cuando no haya inflamacion.
bsoles
te sigo la pista, queen
compensar
pensar ke al final de todo compensa
al final del día uno duerme trankilo
en principio sin miedo al mañana
genial
genial
precioso.
qué bonito todo lo que dices, reina.
oye, yo te ayudo con las macetas y con lo que te haga falta.
y todos los quédate conmigo de todos nosotros.
please.
preciosa.
Veo demasiada gente (que no personas) a lo largo del día que te dicen: ¡allá tú con tus asas! Y no mola
..siempre me tranquiliza leerte ;)
qué ¿cómo va ese ordenador?
José así entre tu y yo. ¡Tienes unas manos de oro!.
Publicar un comentario