martes, 29 de mayo de 2007

Promesas

La magia de todo esto es que hoy puedo ser amada y mañana amante. Un pirata, un asesino en serie o la voz de una conciencia.

Me ha prometido una bonita historia y yo le creo. A cambio le regalo la música de mi respiración junto a su oído y el sabor de mi piel. Será una historia bella, seguro, en la que se perciba el olor de la tierra mojada. A cambio derramaré mi cuerpo sobre el suyo, hasta diluirme en él y él en mí. Perderme en su mirada es todo lo que deseo. Me ha prometido una bonita historia que espero impaciente.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Uhhhhhhhhh. Aquí hay carnaza. Menos melancolía y más juerga Reyes, que es un buen momento.

Gloria dijo...

Si tú eres la prota, seguro que es bonita. Hay muchas personas interesanes por ahí, seguro, pero no a todas las conocemos.

Anónimo dijo...

oye qien te ha prometido qué? que te trate bien que le/la atizo eh?. amos amos amooosssss.
mua.

elnaveiras dijo...

eeeeeh... aquí hay tomate

Gsús Bonilla dijo...

...y con final feliz,
como son las historias bonitas

Violeta dijo...

...qué bonito seguir esta historia que nos intuyes, una historia que parece bonita -o que la escribes bonita, como tú escribes, como tú eres- :)

Gloria dijo...

Información sobre quedada en Sacedón en mi blog.

d dijo...

A ese niño recién nacido habrá que decirle un par de cosas cuando sea mayor...

Anónimo dijo...

Reyes, venía a decirte que no te preocupes, que no nos importa ni que se apunte el beibi a la fiesta, ni que se toque a menos botellas de vino por tener otro invitado. Somos personas sociables, pero cuando la fiesta se anime ¡tapadle los ojos que a ver si va a salir poeta y party animal!

Marcus dijo...

tqiero, Reyes. cada día un poco más.

elnaveiras dijo...

hay otra opción, ofrecer otra casa para el mismo fin. ¿No?

Gsús Bonilla dijo...

tú que eres la maga,
hablas de la magía...
pués eso, el conejo y la chistera, los pañuelos interminables, las cartas marcadas, las mangas desmangadas y sobretodo la señorita agujereada en el cajón
con su cara de asombro y su sonrisa de aquí no ha pasao ná de ná.